11 puntos claves para evaluar una marca


Las marcas habitan espacios pequeños pero significativos. el cerebro y el corazón. Nuestra labor en EN MENTTE consiste en desentrañar los significados que se encierran en estos lugares. Para esto nos valemos de múltiples metoldologías, dependiendo del objetivo que persigamos. Todo desarrollo y evaluación es atravezada por los siguientes criterios:

Objetivos:
1. Reconociento visual
2. Lecturabilidad y memorización
3. Coherencia con la categoria
4. Diferenciación y descripción

Subjetivos:
5. Valor percibido.
6. Significado relacionado
7. Identificación personal
8. Vínculo comunicativo

Formales:
9. Registro
10. Independencia
11. Riesgo

Criterios para la evaluación de un empaque


Para evaluación de los empaques generalmente son consideradas las siguientes variables que son calificadas por expertos en temas técnicos y personas pertenecientes al grupo objetivo en aspectos referentes al consumidor:

1. Protección y conservación adecuada del producto
2. Funcionalidad para el consumidor
3. Información para el consumidor
4. Presentación e imagen en el punto de compra
5. Eficiencia en la fabricación, uso y distribución física
6. Capacidadpara ofrecer ventajas adicionales para su publico objetivo
7. Cumplimiento con normas y legislación del mercado objetivo

¿Para qué las investigaciones de consumo?

El campo de las investigaciones de consumo, se ha desarrollado a partir de la mercadotecnia, enfocándose de forma exclusiva en las percepciones y comportamientos del cliente. Así como se utilizan los resultados de las investigaciones de mercados para mejorar la toma de desiciones administrativas, también lo hacen   los resultados de las   investigaciones de consumo. La razón inicial para el estudio del comportamiento del consumidor fue la de permitir a los mercadólogos prever cómo reaccionarían las personas a los mensajes promociónales, y comprender por qué tomaron las decisiones de compras que realizaron.

Inicialmente se pensó en el mercadeo sólo como economía aplicada, es decir, se veía al hombre como un ser económico que tomaba sus decisiones racionalmente, evaluando en forma objetiva los bienes y servicios a su alcance y seleccionando aquellos que les brindasen la utilidad más alta al precio más bajo. La época en la cual se desarrolló el campo de la investigación del consumidor se conoce como la época modernista. Basada en los paradigmas de investigación positivistas y que incluyen el positivismo lógico, empirismo y objetivismo. Así entonces, se han tomado prestados los métodos de investigación positivista principalmente de las ciencias naturales, que consisten en experimentos, técnicas de encuestas y observación. Los resultados de éstos tienen una naturaleza cuantitativa y se prestan para el análisis estadístico.

Luego los investigadores comenzaron a comprender que las personas no siempre eran concientes de las razones por las que tomaban las decisiones, aún cuando fueran concientes de las motivaciones básicas. Se comenzó entonces ha desarrollar desde el psicoanálisis la investigación motivacional para descubrir los deseos escondidos de los consumidores. Este tipo de trabajo requiere de profesionales muy capacitados para reunir lo datos y analizar los resultados de la investigación. Los resultados de estas investigaciones son más subjetivos porque se basan en la interpretación del analista. Se utilizan fundamentalmente para obtener nuevas perspectivas en las campañas promocionales y sus resultados se consideran de manera cualitativa.

Algunos académicos del campo del mercadeo, como de otras disciplinas de las ciencias sociales, de las que se ha nutrido el comportamiento del consumidor, se han interesado más en el acto del consumo que en el acto de la compra, es decir, en el proceso de la toma de decisiones y no sólo en la desición misma. Conceptúan el comportamiento de consumo como una subserie de conductas humanas, y su mayor conocimiento como clave para reducir algunos de los males asociados con el comportamiento del consumidor; como la drogadicción, el robo de tiendas, el alcoholismo y las compras compulsivas. Este interés se centra en las experiencias del cliente y se ha llamado experiencialismo.

Entre las metodologías de investigación se encuentra la interpretivista que utiliza la etnografía, la semiótica y las entrevistas a profundidad. Todas éstas técnicas parten de la antropología y la psicología. Con frecuencia se utiliza tanto la investigación interpretivista como la investigación positivista para apoyar la toma de decisiones en las empresas; como dos paradigmas de investigación de naturaleza complementaria, produciendo un perfil más rico y robusto sobre los hábitos de consumo y sus tendencias, tanto en nuevos productos y servicios como en fines sin ánimo de lucro o política pública.

Las marcas buscan seducir a los “amos de casa”


Tradicionalmente, las marcas orientadas al consumo doméstico, como cereales o productos de limpieza, focalizaban sus comunicaciones en las mujeres, como símbolo indiscutido del ama de casa. Pero como la diferencia entre géneros está cambiando, algunas compañías están reaccionando y ya consideran a los hombres a la hora de armar sus campañas. El mensaje es que el hombre está cada vez más involucrado en la vida hogareña y por ende tiene un rol cada vez más gravitatorio en las decisiones de compra.

“Las marcas se están dando cuenta de que el hombre tiene un peso mucho más importante en las decisiones hogareñas que hace veinte años atrás” admitió Vincent DiCaro, representante de la National Fatherhood Initiative (www.fatherhood.org), una organización sin fines de lucro que premia a las marcas que usan mensajes positivos al referirse a la paternidad.

Más involucrados Una de las evidencias que muestran los estudios indica que aún en aquellas parejas donde ambos progenitores trabajan, el padre pasa el doble de tiempo que el que solía pasar con sus hijos hace 30 años atrás. En EEUU se estima que unos dos millones de padres están a cargo del hogar considerando a aquellos que realizan funciones free lance o part time. En 1985 sólo un 13% de los padres era responsable de las compras. En 2002, un 21% de las compras de alimentos y ropa para chicos estaba en manos de los hombres de la casa.

Con estos cambios la publicidad ya no queda pegada a la imagen del padre sentado a la mesa familiar escudándose tras las hojas de un diario. Ahora se los puede ver dándoles de comer a sus hijos con una imagen más cercana y amigable.

Lo cierto es que algunas marcas se han dado cuenta de lo redituable que resulta la imagen tierna de un hombre en relación con sus hijos. Este tipo de propuesta conmueve y sensibiliza a las mujeres y va más allá de la estadística de cuántos hombres efectivamente se están haciendo cargo de su paternidad.

Fuente: M2M